viernes, 29 de octubre de 2010

sapo, paso, posa, sopa... ¡ay!





Lo reconozco. No sé escribir a máquina. Ni siquiera son cuatro. Sólo con dos dedos: el índice izquierdo y el corazón derecho. Bueno, me olvidé de confesaros que los pulgares los utilizo para los espacios. Eso sí. Corro que me las pelo y, como miro continuamente al teclado, al desviar mi mirada a la pantalla, me encuentro con una sarta de barbaridades que me ralentizan la ventaja adquirida.

Y esto es lo de menos. Últimamente me empieza a preocupar las inversiones de letras, cómo mi mente ordena a los dedos escribir las palabras al verrés. Y aun así y con todo, puedo corregir. Doy a una tecla grande y deshago lo escrito y lo dejo impecable.

Sin embargo no puedo desdecirme cuando nombro a las personas, cuando es mi boca la que se equivoca. Cuando bautizo a diario a personas con un nombre que reiteradamente me recuerdan que no es el suyo.

En clase tengo dos parejas de niños a los que unas veces sí y otras también, les nombro erróneamente. Me ocurre por parejas.
A Mario le llamo Darío, y viceversa. A Nicolás le llamo Joaquín, y a Joaquín le digo Nicolás.

Y bajo de mi casa en el semáforo y cruzo la calle cuando el ascensor está verde.

¿Podéis explicarme qué me pasa? ¿Encontráis alguna relación entre los ejemplos que os he dado? Entre las risas que visitáis este jardín, seguro hay psicólogos, pedagogos, logopedas y demás artistas que dais con el quiz de la cuestión.

Megsibocú,

martes, 26 de octubre de 2010

llueven mis ojos




He pasado los dedos por las imágenes de tu feisbuc y he sentido cómo mi corazon salta cuando te toca. En tiempos tan cerca y ahora tan lejos. He corrido a verte en más papel y tu carcajada ha sido el recuerdo de momentos felices. Y la felicidad se ha mezclado con lágrimas. Y el recuerdo con melancolía. Y los años con arrugas. Ya me perdí el crecer de tu niña, ahora convertida en princesa.
He caminado por los instantes de tu familia y no he podido evitar sentir celos por saberlos disfrutando de tu compañía. Y la luz en el reír de tus amigas. Y yo aquí, sorbiendo mis lágrimas dentro de un pijama que huele a soga en esta ciudad que me aprisiona.
En apenas dos segundos he volado a tu encuentro y me he colocado a tu derecha escuchando como nicolás cage en living las vegas de camino a Zaragoza y sólo puedo sentir la vejez en mi lloro amargo por las pérdidas, porque aunque estés, no te tengo, porque no soy partícipe de tus sentires, porque ya no sé lo que sientes, porque aunque somos, ya no estamos.

Daría lo que fuera por estrecharte en mis brazos y compartir unas horas tumbadas en el sofá.

No me acuerdo de tu perfume.

sábado, 23 de octubre de 2010

se esfuman unos sueños; llegan otros...


Dedicado a una persona a la que quiero mucho,
un tocinito de cielo,
una peladilla para el paladar de mi corazón.
Te quiero mucho,
lo sabes, ¿verdad?


A mí me pasó algo parecido.
Una noche después de fregar los platos de la cena y con el telediario como música de fondo, abrí mi portátil y pulsé la teclas oportunas que me llevaron hasta él. Un hombre con las palabras oportunas comenzó a hundir sus huellas en mi piel desde la primera letra que nos intercambiamos. Después llegaron mil más. Y con ellas el amor comenzó a cocerse dentro de mis entrañas. Me sorprendí despertándome en la madrugada para ver si tenía algún mensaje en el correo. Leía y releía sus cartas, meciéndome en sus palabras de amor, en su generosidad, en su simpatía, en todas esas virtudes que me tenían embobada. Dedicamos casi tres meses a un intercambio epistolar en el que nos desnudamos sin reparos, en el que nos prodigamos palabras de ternura y complicidad. Y llegó un momento donde las ganas y el deseo lucharon contra la cadencia del reloj ganándole la batalla, y una mañana, antes de ir a trabajar y después de nuestra primera y única cita teléfonica que duró toda la noche, quedamos cerca de mi trabajo. A pesar de no haber dormido ni una hora, salí de casa con la mejor de mis sonrisas y ataviada con un conjunto primaveral que resaltaba la anatomía que mis padres me regalaron. Fueron momentos de nervios, pues en esos meses nunca habíamos hablado de nuestro aspecto físico. A mí me importaba un bledo saber cómo era y él tampoco preguntaba por el mío. Eso sí, me advirtió en muchas ocasiones que siempre se había sentido como el burro amarrado a la puerta del baile de Manolo García. Y yo me reía. Su humor me fascinaba.

Elegimos un lugar precioso con la sierra como escenario. Llegué. Di unas vueltas, impaciente. Y de pronto apareció él. Alto, con un cuerpo y un rostro que no podría clasificar como feos ni desagradables. Se acercó a mí con una gran sonrisa en su cara, pero con una mirada que no me gustó y que se mantuvo en mi retina durante días. Una mirada difícil de explicar. Contraria a la transparencia. Unos ojos que ni siquiera hacían esfuerzo por no colarse entre mis pechos, una mirada que me desnudó físicamente y me sentí despojada de toda seguridad. Si a estas pocas, pero intensas sensaciones, le sumamos su olor a casa sin ventilar mezclado con naftalina, y su falta de higiene bucal, os puedo asegurar que los minutos que duró nuestro encuentro se me hicieron horas. La escusa de no llegar tarde a casa me permitió liberarme de una situación violenta para mí, pues dentro de mí había nacido una lucha difícil de ganar en días.

Cuando llegué al cole, tenía un sms que me advertía de la llegada de un correo. En él, una frase me enlazaba con su página en la que el título de su post diario rezaba lo siguiente:

"Hoy he jugado a la ruleta del amor y me ha salido: siga jugando".


Y es que el feeling, la vibraciones, ¡qué sé yo cómo llamarlo!, tienen más fuerza que nada. Es algo que no se capta solo con los sentidos. Es algo que traspasa el nivel físico y que es superior a todo lo mental.


Y es que el amor no es aquello que queremos sentir, sino todo lo que sentimos sin querer.



PD: Ahora, sin embargo, cuando despierto al lado del hombre al que quiero, veo un rostro que me chifla, siento un cuerpo que me fascina y escucho las palabras que más paz me dan en esta vida. Es amor.

martes, 19 de octubre de 2010

kiss my ass






AVISO


Quien ose utilizar la imagen de la propietaria de esta blog, tanto para fines lucrativos, artísticos, placenteros, de autorrealización, de orgullo, o simplemente, con el puro objetivo de tocar las pelotas, comprobará en carnes que esta jardinerita cambia, en un leve pestañeo, las tijeras de podar y su dulzura, por otras herramientas menos mimosonas.

miércoles, 13 de octubre de 2010

añoranzas


Y cuanto más te quiero, más añoro las hojas caídas de tantos otoños que el azar se empeñó en robarnos.
Y cuanto más te quiero, más lloro la desgana de crear vida en mi vientre. Y me convierto en ladrona de tus sueños, mutilando ese futuro que hubiese sido un sueño en tiempos pasados.
Y es que a veces me siento como la Jenny a la que se le fue la vida, que se me escapan los días esperándote. Que es que quiero todo mi futuro contigo.
Que deseo llorar todas las películas cogida de tu mano y hacerte el amor antes de cada despedida. Y mantener el sabor de tu cariño todas las horas que la vida me impide vivir a tu lado.
Y hacerme a la idea de que camino enlazada a tu cintura y que el mundo gira al vaivén de tus sonrisas.

viernes, 8 de octubre de 2010

los pilares de mi tierra

¡Cariñooooooooooo, que ya llegooooo!


No se trata de un libro. Tampoco me he equivocado de determinante.
Simplemente, me voy a los Pilares de mi tierra.
En Zaragoza se celebran las fiestas del Pilar, y allí me voy, cachirulo en el bolsillo, a bailar la alegría, desfilar las ganas y amar la ternura.

En unas horas estoy contigo, mi vida...

jueves, 7 de octubre de 2010

preguntas importantes


Tranquila cuchi-cuchi, en un santiamén estoy contigo. Voy en tu búsqueda y captura porque esto es un sinvivir.
Decenas de llamadas me colapsan el teléfono de casa con multitud de preguntas sin importancia, pero yo tengo unas cuantas que no me dejan conciliar el sueño:
¿Te van dando biodraminas contra el mareo?
¿Merece la pena que digamos palabrotas?
¿La mortadela, digo choped, es de primera clase?
¿Michael Landon se cambia de ropa interior a diario?
¿Crees que inventándote lo de tu virginidad conseguirás novio?


Suelto amarras y salgo disparada. Espera sin desespero. LLego.

martes, 5 de octubre de 2010

prohibido prohibir


Que no pueda manejar el teléfono mientras conduzco, no me supone ningún problema, porque el manos libres me permite ir dándole a la lengua mientras hago el camino de regreso a mi casa.

Que no pueda beber no me incomoda ya que no soy persona sedienta. Otra cosa es el asunto del comer. Me gusta ir picando frutos secos mientras conduzco, mirada al horizonte.

Pero que me prohiban cantar a voz en grito es algo que me puede sumir en la mayor de las depresiones automovilísticas. Y adiosgracias, mi hijo no es policía y, multarme, no me multa. Pero prohibir... prohibir es poco. Él se avergüenza. Y eso son palabras mayores. Peor que una multa, oiga!

Desde que inventaron las rotondas, mi carné se pasó de moda. Creo que no conozco toda la normativa de tráfico, ¿y vosotros?

sábado, 2 de octubre de 2010

me gustan los ocres


Curso nuevo, otoño apenas cayendo, años recién cumplidos...

Parece que es momento de estreno y como la jardinerita dispone de tiempo, se ha dedicado esta tarde a juguetear con plantillas y a hacer probatinas. Y el resultado, después de emborronar muchas veces la pantalla, ha sido este nuevo jardín en blanco y ocres, en colores de luz, en lienzo de otoño.

Deseo que en vuestros paseos por el Jardín de las Risas os encontréis tan agusto como hasta ahora. Yo, por mi parte, seguiré regando con mimos las Risas que huelen a suave.

Mi agradecimiento por vuestras felicitaciones en el post anterior .


Besos de nata y cava,







PD: Y ahora me voy con mi bici a comprar unos patines en línea. Es mi autoregalo de cumple. Ya os contaré...